Sí, presencié situaciones en mi entorno educativo donde se manifiesta la hegemonía cultural y violencias simbólicas. Recuerdo un caso en particular en el colegio donde un compañero de clase, que era abiertamente homosexual, enfrentaba comentarios despectivos y burlas constantes por parte de algunos estudiantes. Estos comentarios no solo afectaban su autoestima, sino que también creaban un ambiente hostil y poco inclusivo.
En esta situación, observé homofobia y estereotipos de género. Los comentarios despectivos y las burlas estaban basados en prejuicios y estereotipos sobre la orientación sexual de mi compañero
La normalización de ciertos comportamientos y normas contribuyó significativamente a esta situación. En el colegio, había una falta de educación y sensibilización sobre la diversidad sexual, lo que permitía que los prejuicios y estereotipos se perpetuaran sin cuestionamiento. Además, la falta de intervención por parte de algunos docentes y autoridades escolares reforzaba la idea de que estos comportamientos eran aceptables
La heteronormatividad influyó en esta situación al establecer la heterosexualidad como la norma y marginar otras orientaciones sexuales. Esto creó un entorno donde cualquier desviación de esta norma era vista como anormal y, por lo tanto, objeto de burla y discriminación.
En esta situación, los factores interseccionales presentes incluían la orientación sexual y el género. La intersección de estos factores agravó la violencia simbólica, ya que los comentarios despectivos no solo se basaban en la orientación sexual de mi compañero, sino también en expectativas de género tradicionales que no se ajustaban a su identidad