La víctima es la persona que experimenta el bullying directamente. Las agresiones pueden ser físicas, verbales, emocionales o sociales, y pueden afectar su bienestar tanto a corto como a largo plazo. Las víctimas suelen sentirse aisladas, inseguras, y con una baja autoestima. Las consecuencias pueden incluir depresión, ansiedad, trastornos del sueño, e incluso pensamientos suicidas. A largo plazo, el impacto puede afectar su desarrollo personal y social.
El bullying no solo afecta a las víctimas, sino que también involucra una serie de roles que, de alguna manera, perpetúan o permiten que el comportamiento continúe. Identificar estos roles es clave para comprender cómo se desarrolla el bullying y cómo podemos intervenir para frenar este ciclo. A continuación, te presento los principales roles que intervienen en una situación de bullying y cómo las dinámicas afectan a cada uno de los involucrados.