OVA
Violencia de Género
OVA U-03
Introducción
A continuación, reflexionaremos acerca de los orígenes de las violencias que sufren las mujeres, identificando sus variaciones, que no se limitan exclusivamente a la violencia física, aunque esta sea la más visible. Pondremos la lupa sobre aquellas violencias sutiles, que se encuentran normalizadas en nuestras interacciones sociales cotidianas, y que, dada su constante reproducción e invisibilización, adquieren carácter de normas sociales.
Objetivo
exponer los argumentos que permitan comprender las diversas formas de violencia de género y su progresión hacia el feminicidio. Asimismo, identificar las señales de violencia para contribuir activamente en la creación de entornos libres de violencia de género a través de la educación, la sensibilización y la promoción de planes de prevención de las violencias.
1. Los estereotipos de género y la violencia
Las normas sociales son las reglas que generalmente rigen nuestro comportamiento en la sociedad. Son informales, tienen un carácter implícito y la mayoría de las personas las aceptamos y las cumplimos. Estas reglas se basan en las expectativas mutuas y recíprocas dentro de nuestro grupo de referencia y responden a las expectativas de los demás. Cabe aclarar que las normas son diferentes a las actitudes y comportamientos, pues estos obedecen a creencias individuales, mientras que las normas responden a la estructura social y lo que la sociedad espera: cumplir con los roles y estereotipos de género.
Los estereotipos de género nos dan la pauta de cómo deben ser, estar o vivir su vida en el mundo las personas que han sido definidas como hombres y como mujeres.
Las frases “comportarse como un hombre” o “comportarse como una mujer” establecen una idea de la existencia de categorías excluyentes y antagónicas a la hora de actuar en el mundo. Estas categorías responden a unos estereotipos que, en caso de incumplimiento, traen consigo unas sanciones que pueden ir desde la humillación, la exclusión social, la violencia física, hasta la muerte. En sí mismos, los estereotipos de género pueden ser la expresión de la violencia simbólica, ajustando a las mujeres dentro de un papel predeterminado que implica la vulneración de sus derechos fundamentales. Estos estereotipos están arraigados en las prácticas sociales, jurídicas y judiciales, donde es frecuente que se revictimice a las víctimas de violencia de género.
Como reflejo de las prácticas sociales, en general, los medios de comunicación también son una fuente inagotable de estereotipación y normalización de la cosificación, la invisibilización y la violencia hacia las mujeres.
Amplía tus conocimientos
Te invitamos a ver el documental “Miss escaparate”, que, si bien fue realizado en Estados Unidos en el año 2009, no ha perdido vigencia respecto del rol que los medios de comunicación globales han puesto a representar a las mujeres que logran ingresar a ese espacio de producción y reproducción de la cultura:
1.1 Tipos de violencias
Asumiendo las violencias de género como prácticas sociales y políticas ubicuas, que no se limitan a determinado espacio (sea este público o privado), sino que son violencias que transitan y se retroalimentan en los espacios “entre”: a través de las violencias culturales, los estereotipos de género y las normas sociales[1]. Es decir, no habitan solo en determinados espacios de la vida social, clásicamente considerados como patriarcales, como el caso de la iglesia, los deportes y la política, sino que circulan entre los espacios y discursos que habitan cada uno de los lugares de aparición y despliegue de las mujeres y diversidades como los anteriormente mencionados, pero también el hogar, el transporte público, los medios de comunicación, el supermercado, etc. En este sentido, un difícil reto para el activismo y la producción teórica del feminismo ha sido sacar las múltiples violencias del espacio privado para darles una connotación pública y política. Sacar a la violencia de la esfera privada significa dejar de tratarla como un “crimen pasional” y empezar a comprenderla como un continuum, que hace referencia a las diversas formas de violencia sexual: desde el acoso callejero y los chistes sexuales en el trabajo (Kelly, 1987, citada en Sánchez Muñoz, 2021).
[1] Las normas sociales son las reglas que generalmente rigen nuestro comportamiento en la sociedad. Son informales, tienen un carácter implícito y la mayoría de las personas las aceptamos y cumplimos. Estas reglas se basan en las expectativas mutuas y recíprocas dentro de nuestro grupo de referencia, responden a las expectativas de los demás. Cabe aclarar que las normas son diferentes a las actitudes y comportamientos, estos obedecen a creencias individuales, mientras que las normas responden a la estructura social y lo que la sociedad espera de nosotres. El continuum “centra su atención sobre las muy amplias y extensas formas de abuso que sufren las mujeres, no solo las más extremas” (Sánchez Muñoz, 2021, p. 36).
[1] Las normas sociales son las reglas que generalmente rigen nuestro comportamiento en la sociedad. Son informales, tienen un carácter implícito y la mayoría de las personas las aceptamos y cumplimos. Estas reglas se basan en las expectativas mutuas y recíprocas dentro de nuestro grupo de referencia, responden a las expectativas de los demás. Cabe aclarar que las normas son diferentes a las actitudes y comportamientos, estos obedecen a creencias individuales, mientras que las normas responden a la estructura social y lo que la sociedad espera de nosotres.
El continuum de las violencias está compuesto por múltiples formas de violencia, separables de manera analítica, pero todas ellas entrelazadas y codependientes en su manifestación y reproducción. Hablamos de violencias en plural, pues las violencias se expresan y padecen en diferentes ámbitos y con diferentes intensidades y consecuencias. A continuación, haremos la distinción entre los tipos de violencias:
Violencia de género
Es aquella que sufren las mujeres por el solo hecho de habitar su género y tiene sus raíces en la desigualdad, la discriminación histórica y la ausencia de derechos que las mujeres han sufrido y continúan sufriendo en gran parte del mundo. “No se nace mujer, sino que se llega a serlo”, esta frase de Simone de Beauvoir da cuenta de cómo actuamos nuestro género, imitando (como completa esta idea Judit Butler) maneras de ser desde nuestra socialización temprana. En este sentido, la violencia de género se sostiene sobre una construcción cultural: el género
Violencia doméstica
Hace referencia a situaciones violentas en el ámbito privado y que pueden ser sufridas por cualquier miembro del hogar. Es importante aclarar que la violencia de género alude a las agresiones contra las mujeres como medio de control y obediencia para mantenerlas bajo su rol tradicional, ratificando el poder del patriarcado. Es fundamental enfatizar en la diferenciación entre violencia de género y violencia doméstica, ya que ha sido un logro de los avances de los movimientos feministas en la lucha por la definición, problematización y visibilización de estas violencias. Con esta distinción ha sido posible sacar a la luz aquella violencia oculta en las sombras de la vida privada, separándola del “crimen pasional” para situarla en el centro de la atención del Estado, en tanto es un hecho público que hay que abordar desde el terreno de la política y la justicia; esto ha permitido asumir ese tipo de situaciones como una violación a los derechos fundamentales de las mujeres y las diversidades.
Violencia física
Generalmente está acompañada de las dos anteriores; este tipo de violencia se caracteriza por el uso deliberado de la fuerza con la intención de causar daño físico.
Violencia psicológica
Se manifiesta en conductas verbales y no verbales coercitivas que no van dirigidas al cuerpo de la mujer, pero producen daño psicológico, desvalorización y/o sufrimientos. Este tipo de violencia puede expresarse en amenazas, insultos, golpes de muebles o paredes, acusaciones, etc.
Violencia sexual
Es aquella que comprende cualquier tipo de contacto sexual realizado sin el consentimiento de la mujer. Como puede ser imponer una relación sexual u obligar a prácticas no deseadas, así como tratar a las mujeres como un objeto sexual.
Violencia económica
Es aquella violencia que se manifiesta en conductas orientadas a restringir recursos a las mujeres, impidiendo el acceso a información sobre el dinero del hogar, tomar decisiones unilaterales sobre la disposición del dinero o controlar su manejo.
Violencia simbólica
Hace referencia al sistema que normaliza las violencias, invisibilizándolas por la frecuencia con la que suceden. Es decir, con violencia simbólica nos referimos al sistema sociocultural en el que las relaciones de poder desigual entre hombres y mujeres queda velado por discursos y prácticas que naturalizan y perpetúan esa disparidad de poder. Se manifiesta, por ejemplo, en la música, el cine, la televisión, etc. La violencia simbólica es sutil, no se percibe porque está muy interiorizada, por lo que resulta difícil detectarla.
1.2 Para tener en cuenta
Algunas de estas frases probablemente las has escuchado o dicho en la vida cotidiana y representan algún tipo de violencia:
- “Pero adónde vas así, ¿a clase o a una discoteca?”
- “Cuando bebes pareces un camionero”
- "Eres muy lista para ser mujer”
- "Lo que tienes que hacer es buscarte un novio con plata”
- “¿Quién se va a querer casar contigo si no sabes ni freír un huevo?”
- “Seguro que cuando eras joven eras hermosa”
- “Estás demasiando flaca”
- “Tendrías que dejar de comer dulces”
- “El negro te hace ver más delgada”
- “A las mujeres las afecta todo”
- “¿Qué pasa? ¿Estás con la regla?”
- “Mira a esa, a su edad y vistiendo así”
A continuación, te proponemos que tomes un momento mientras ves televisión, navegas en redes sociales o lees una revista para analizar el contenido de las publicidades. Te presentamos el Test del objeto sexual, elaborado por Carolina Heldman:
- 1. ¿La imagen muestra únicamente una parte o partes del cuerpo de una persona?
- 2. ¿Muestra a una persona sexualizada que actúa como soporte para un objeto?
- 3. ¿Muestra a una persona sexualizada que puede ser intercambiada o renovada en cualquier momento?
- 4. ¿Muestra a una persona sexualizada que está siendo vejada o humillada sin su consentimiento?
- 5. ¿Sugiere que la característica definitoria de la persona es su disponibilidad sexual?
- 6. ¿Muestra a una persona sexualizada que puede ser usada como una mercancía o alimento?
- 7. ¿Trata el cuerpo de una persona sexualizada como si fuese lienzo?
Realiza estas preguntas cuando veas cada publicidad, si la respuesta a cualquiera de ellas es positiva es porque la publicidad trata a las personas como objetos sexuales, en ese caso, estaríamos hablando de violencia en los medios de comunicación.
Conclusiones
Referencias bibliográficas
Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. Anagrama.
Butler, J. (2001). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Paidós.
Faur, E. (2004). Masculinidades y desarrollo social: las relaciones de género desde la perspectiva de los hombres. Arango editores/ICEF.
Muñoz Sánchez, H. (2017), Hacerse hombres. La construcción de masculinidades desde las subjetividades. Fondo Editorial FCSH, Universidad de Antioquia.
Sánchez Muñoz, C. (2021). Violencias de género: entre la guerra y la paz. Siglo del hombre editores.